Implantes de Zirconio

 

Una de las dificultades y complicaciones estéticas que ocurren con más frecuencia al poner implantes en la zona anterior, en la línea de sonrisa, especialmente en los casos con retracción de las encías, es la visualización de un borde negro en la zona gingival de la corona del diente. Este hecho es recurrente en pacientes que se han sometido a cirugías después de haber puesto implantes en la zona frontal. Puede ser la razón de grandes problemas psicológicos además de cambios de hábitos de sonreír, hablar y gesticular.

Clínica dental Boca&Boca Málaga Implantes dentales de Zirocnio
Durante muchos años se ha intentado conseguir una solución estética para este problema y así poder satisfacer al paciente,

realizando varias investigaciones experimentales con distintos tipos de materiales como, por ejemplo, porcelanas, zafiros e incluso composites con un recubrimiento de hidroxilapatita.

Algunos de estos materiales fracasaron ya que no eran biocompatibles y otros porque no consiguieron evitar la acumulación de bacterias entre las distintas capas que los componían. Los de porcelana, de «Alúmina», los más biocompatibles, tenían el inconveniente de ser frágiles. Yo los empecé a utilizar para evitar los problemas estéticos de los implantes de titanio. Mi experiencia personal entre 1992 y 1995 con estos implantes de porcelana es desalentadora, al tener un porcentaje de fracturas del 50 por 100, y además tener la complicación añadida de la difícil extracción de los restos por su excelente oseointegración, que era mejor y mayor incluso que la de los implantes de titanio en aquellos años (1992). A estas dificultades había que añadir la posterior reimplantación en el lecho de nuevos implantes.

Recientemente han aparecido en el mercado implantes de zirconio reforzados con alúmina que tienen un comportamiento en vitro extraordinario (Kohal R-J, Wolkewitz M.: 2010)(1).

El éxito de las porcelanas actuales, después de muchos estudios y trabajos de investigación, es haber hallado un material en el que podemos confiar por su extraordinaria dureza, que se traduce en un prácticamente inexistente porcentaje de fractura. A estas características hay que añadir su biocompatibilidad, y su buen comportamiento intraóseo, que es igual o mayor al del titanio, no sólo en la parte anterior de la cavidad bucal, sino también en la posterior donde es capaz de soportar fuerzas muy elevadas (Oliva, Oliva, Oliva: 2010)(2).

Las grandes casas comerciales de implantes llevan experimentando con implantes de zirconio varios años, pero por problemas de conexión entre el muñón y el implante no los han comercializado todavía, o simplemente lo han dejado en el intento. Lo que sí están haciendo es vender muñones de zirconio y supra-estructuras (Kohal R-J, Finke H.C., Klaus G.: 2009)(3) (Sailer I. et all.: 2009)(4).

Cuando me propusieron la posibilidad de probar un implante de zirconio puro con la conexión del muñón resuelto también en zirconio no dudé en aceptar para probarlos en pacientes que habían perdido dientes en la parte más comprometida de la cavidad bucal que es la antero-superior.

Normalmente, en esta zona el implante es inmediato, ya que se coloca directamente en el alveolo de la extracción. Con este método de implantar se evita reabsorción ósea en la región. Si es posible, se carga de inmediatamente, si no, se hace un puente provisional «Maryland». Después de unos tres meses (pueden ser menos), cuando uno tiene la certeza de poder cargar el implante, se toman las medidas para la corona, con un sistema anti-rotatorio y el laboratorio se encarga de realizar la funda de porcelana (Cannizarro G. et. all. 2010)5. Este sistema también nos da la posibilidad de hacer puentes o varias fundas unidas, en otras palabras, se maneja como un implante «normal» de titanio, pero tiene la ventaja del color blanco que nos evita la transparencia negra en el margen ingival de la encía. (Oliva, Oliva, Oliva 2008)(6).

El material
La denominación zirconio es en realidad una simplificación de óxido de zirconio ZrO2 que fue descubierta en el año 1789 por el alemán M. H. Klaproth. El nombre de zirconio procede de «Zargon» del idioma Persa y significa «Dorado».

El óxido de zirconio se obtiene principalmente del zirconio (ZrSiO4) que se encuentra en la roca volcánica. La producción principal está en Australia, EE.UU., India y África del sur. El óxido de zirconio dispone de la capacidad de cerrar microfisuras a modo de una «autoreparación» hasta una cierta carga, de este modo se impide un ensanchamiento de las fisuras. A temperaturas superiores de 2.300ºC el óxido de zirconio se presenta como fase cristalina – cubico, que se transforma durante el enfriamiento en una fase cristalina tetragonal.

A temperaturas por debajo de 1.200ºC el óxido de zirconio se transforma en una fase monoclínica. La trasformación desde la fase tetragonal a la monoclínica concluye con un aumento de volumen de aproximadamente del 3 por 100– 5 por 100. Para evitar un aumento demasiado alto de la tensión interna que a su vez producirá fracturas hay que añadir aditivos de óxido.

Los pilares de óxido de zirconio tienen una resistencia contra roturas de 672 Newton en vitro; en vivo se ha medido 403 Newton.

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