apiceptomía - clinica dental bocaboca

La apicectomía es un procedimiento quirúrgico que se realiza en la cavidad bucal. Su finalidad es poder acabar con el proceso de infección, durante el cual se afecta la raíz del diente y la zona alrededor del diente afectado, lo que puede ocasionar problemas a las personas que lo padecen porque suele ser muy doloroso.

Este tipo de cirugía solo se realiza si el profesional de la salud bucal determina que debe realizarse y no existe una alternativa mejor para abolir y erradicar la infección.

¿Cuál es el procedimiento de una apicectomía?

La apicectomía consiste en abrir las encías en el área cercana al diente infectado, de modo que se pueda extraer la punta de la raíz infectada (ápice) y también se pueda extraer el tejido afectado del área. Después de realizar este procedimiento, el dentista debe sellar el conducto radicular con una sustancia llamada trióxido agregado (MTA), y luego se puede suturar la herida.

¿En qué circunstancias están las contraindicaciones de la resección apical?

Como en el caso en el que los profesionales recomiendan la apicectomía, también existen algunos factores que dificultan su realización:

  • Una enfermedad periodontal muy avanzada (piorrea).
  • Si la persona tiene problemas de coagulación, puede causar un sangrado incontrolado.
  • Si el diente tiene una fractura longitudinal.

Debido a estas limitaciones, los profesionales de la odontología insisten en la importancia de un diagnóstico preciso para cada caso. De esta manera, los rayos X y la detección de la sonda periodontal, a veces bajo anestesia local, permiten la inspección de la parte afectada y los tejidos cercanos.

Apicectomía paso a paso

 

Después de que el dentista estudie al paciente y le realice un diagnóstico de apicectomía, se realizará la intervención quirúrgica. 

Al igual que el tratamiento de endodoncia, esta es una operación no dañina porque los profesionales realizarán anestesia local. Como resultado, el diente afectado y el área de tejido que lo rodea se adormecerán.

El periodoncista realiza una pequeña incisión en las encías en el área cercana a la infección para entrar en contacto con la masa ósea. Es necesario quitar una cierta cantidad de hueso para exponer la raíz o la punta de la punta del diente.

A continuación, se realiza un corte para extraer el ápice y expulsar el tejido infectado.

El tubo dental se sella con un material con adición de trióxido (MTA). Esto previene futuras infecciones y evita cualquier fuga.

Finalmente, sutura la incisión en las encías y, con el tiempo, se regenerará hasta que vuelva a un estado completamente saludable.

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